Una de las decisiones más importantes a las que deben enfrentarse los propietarios, y en ocasiones las comunidades de propietarios, es el tipo de calefacción más conveniente para cada tipo de vivienda o edificio. Dependiendo del combustible utilizado, o la manera de difundir el calor en las estancias, existen muchos tipos de calefacción: Calderas, bombas de calor, radiadores eléctricos, suelo radiante… Aunque existen muchas opciones, en esta ocasión nos centramos en los tipos y ventajas de la calefacción eléctrica.
Tipos de calefacción eléctrica
Aunque tengamos claras las ventajas de la calefacción eléctrica, y estemos decididos a apostar por ella, debemos saber que dentro de esta categoría encontramos distintos tipos.
Acumuladores de calor
Los acumuladores de calor requieren de una inversión inicial importante. Estos radiadores funcionan con resistencias eléctricas que calientan el núcleo acumulador y almacenan el calor que producen. Este calor se liberará luego en forma de energía calorífica.
Su principal desventaja es que los radiadores solo pueden cargarse a horas determinadas, impidiendo al cliente poder regular o adaptar la demanda de energía.
Para estos sistemas existen dos tipos:
–Radiadiores estáticos: En los que la energía calorífica se libera de manera natural.
–Radiadores dinámicos: En los que se incluye un ventilador para transmitir la energía.
Convectores
Otro de los tipos de calefacción eléctrica son los convectores, aunque se recomiendan sólo para espacios más pequeños ya que suponen un gasto eléctrico importante.
Estos radiadores emplean la energía eléctrica para calentar el aire. De esta forma, el sistema ingresa aire frío y expulsa aire caliente al momento. Esto es posible gracias a su resistencia eléctrica y al termostato que incorporan.
Radiadores de aceite
Este tipo de calefacción eléctrica funciona al calentar un aceite térmico a través de una resistencia eléctrica blindada.
Aunque es uno de los sistemas más antiguos, es muy útil en algunos casos, especialmente por su fácil instalación. Ya que sólo se necesitan enchufes para conectarlos a la red.
Suelo radiante
La calefacción eléctrica que se instala bajo el suelo es uno de los sistemas más modernos para calentar una vivienda. Este método se basa en la instalación de tuberías y cables que transportan agua caliente bajo el suelo. De esta forma, el calor se desprende de manera uniforme por toda la superficie.
No obstante, este tipo de calefacción eléctrica tiene el inconveniente de requerir un coste inicial más alto y la realización de obras dentro de la vivienda.
Placas radiantes
Estos aparatos de calefacción eléctrica son algo caros, aunque muy eficaces para calentar de manera homogénea la habitación en la que se encuentran. Esto se debe a sus ondas radiantes, que a su vez permiten alcanzar rápidamente la temperatura que marca el termostato.
Son aparatos algo caros aunque muy eficaces en la zona donde se encuentran. Entre sus principales ventajas, encontramos la capacidad que tienen para ofrecer la temperatura marcada en el termostato en ese preciso instante.
Bombas de calor
Las bombas de calor son eficaces para mantener calientes aquellos espacios en los que se encuentre instalado el aparato, o que estén muy cercanos al sitio.
Estos sistemas de calefacción eléctrica no requieren de mucha energía para alcanzar la temperatura del termostato. No obstante, también dispersan muy rápido el calor generado. Por tanto, al apagar la bomba de calor el espacio se enfriará rápidamente.
¿Cuáles son las ventajas de la calefacción eléctrica?
Son muchas las ventajas de la calefacción eléctrica, aunque siempre hay que tener en cuenta el tipo de estancia que se quiera calentar, las obras que se quieran o puedan realizar y el presupuesto que queramos destinar a regular la temperatura del hogar.
Calefacción sin obras
Entre las ventajas de la calefacción eléctrica se encuentra la posibilidad de disfrutar del calor sin la necesidad de hacer obras. Esto es perfecto en viviendas de alquiler, o como un elemento de calefacción extra o complementario al que utilicemos normalmente.
De igual manera, no es necesario contar con una habitación extra, caldera o chimenea.
Calefacción individual
En comunidades de propietarios, una de las ventajas de la calefacción eléctrica es que con ella cada usuario es responsable del consumo que haga de la calefacción. Esto es especialmente interesante en comunidades o en viviendas de alquiler.
El hecho de que sea independiente nos permite modular la temperatura de cada zona.
Energía cómoda
Otra de las ventajas de la calefacción eléctrica es que ofrece una mayor comodidad de uso, ya que no requiere rellenar depósitos ni cambiar bombonas de butano.