Contratar a un administrador de fincas es una posibilidad que tienen todas las comunidades de propietarios. No obstante, no se trata de algo obligatorio, puesto que no existe ninguna Ley que así lo establezca.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que un administrador de fincas es el profesional más cualificado para gestionar inmuebles, y todos los asuntos relacionados con las comunidades de propietarios.
¿Qué es un administrador de fincas?
Como decíamos, el administrador de fincas es un profesional que, a petición de los propietarios, se encarga de gestionar los asuntos financieros, legales, técnicos y administrativos de los propietarios de inmuebles.
El título que necesitan los administradores de fincas para desempeñar esta profesión puede obtenerse por la posesión de determinados títulos universitarios como derecho o económicas, o tras aprobar el plan de estudios de la Escuela Oficial de Administración de Fincas, autorizado por el Ministerio de Fomento, que se imparte en once universidades españolas.
Estas universidades exponen un título propio, que debe tener un mínimo 180 créditos y una duración de tres años.
Por otro lado, los Colegios de Administradores de Fincas tienen la función de seguir formando a sus miembros en el tiempo mediante charlas, cursillos y revistas.
¿Qué funciones tienen los administradores de fincas?
Los administradores de fincas tienen la función de encargarse de todas las gestiones relacionadas con el gobierno y la conservación de los bienes encomendados, la consecución del rendimiento adecuado y el asesoramiento de las cuestiones relativas a los bienes inmuebles.
Estos profesionales tienen la capacidad de realizar los actos de gestión y administración necesarios, siempre cumpliendo y teniendo en cuenta las normas legales aplicables, costumbres, prudencia y las limitaciones expresamente recibidas de los titulares de los bienes y aquellas que se excluyen a determinadas profesiones.
El campo de actuación de un administrador de fincas está comprendido por todo el sector inmobiliario; Inmuebles rústicos o urbanos en régimen de explotación directa, arrendamiento, propiedad horizontal; Administración de cooperativas de comunidades de propietarios y viviendas; Centros comerciales, campos y puertos deportivos; Urbanizaciones con servicios, instalaciones y anejos comunes; Entidades colaboradoras de la gestión urbanística; Y cualquier cometido que tenga relación con la administraciones de bienes inmuebles.
La administración de fincas en una comunidad de propietarios
Para administrar comunidades de propietarios, estos profesionales tendrán que ser nombrados por la junta de propietarios.
En la gestión de comunidades de propietarios, el administrador de fincas tiene las obligaciones que se encuentran fijadas en el artículo 20 de la LPH, que son:
- Velar por el buen régimen de la casa, de sus instalaciones y servicios.
- Preparar plan de gastos e ingresos.
- Atender a la conservación y entrenamiento de la casa.
- Ejecutar los acuerdos adoptados en materia de obras.
- Efectuar pagos y realizar cobros.
- Actuar como secretario de la junta si así lo deciden los propietarios, custodiando la documentación y atribuciones que le confieran.
- Asesorar a la comunidad.
- Controlar proveedores.
- Dar cuenta de siniestros a las compañías de seguros.
- Llevar la contabilidad.
- Advertir sobre morosidades.
- Mantenimiento de la convivencia entre los componentes de la comunidad.
- Aplicar las normas de convenio y las modalidades contractuales más favorables.
Si se decide que sea secretario de la Comunidad, deberá convocar la Junta, asistir a la reunión, redactar el acta y practicar las notificaciones que procedan.
Las ventajas de contratar un administrador de fincas
Elegir un buen administrador de fincas es una de las decisiones más importantes a las que se enfrenta una comunidad de propietarios para contar con un valor añadido.
Lo más importante en esta elección es apostar por una empresa profesional y con experiencia en la administración de fincas; ya que gestionar un inmueble supone tiempo y dedicación que a menudo no tienen los propietarios. Además, estos vecinos tampoco conocen las leyes ni han recibido la formación adecuada para resolver incidencias.
Ahorrar en una comunidad de propietarios
Los administradores de fincas conocen todas las alternativas del sector y los mejores profesionales. Esto hace que estén capacitados para encontrar la solución más rentable para cada una de las necesidades que puedan surgir en una comunidad de propietarios.
Por así decirlo, en este sentido podríamos compararlos con los ‘wedding planner’. Estos, por ejemplo, suponen un coste inicial más, pero a su vez la profesionalidad y contactos que estos profesionales tienen en el sector, les capacitan para comparar y elegir los servicios más económicos y que mejor se ajusten a las necesidades de cada pareja.
Cobertura legal en una comunidad de propietarios
En el caso de que una comunidad de propietarios necesite una aclaración jurídica, a través del administrador de fincas se podrá solicitar los servicios jurídicos del Colegio de Administradores de Fincas para resolver cualquier incidencia que pueda tener lugar. Asimismo, cuando surge un problema que puede resolverse por mediación o arbitraje, el administrador está también capacitado para gestionar el conflicto y evitar un procedimiento judicial.
Por otro lado, un administrador de fincas está en contacto con las administraciones y en pleno conocimiento de las ayudas y subvenciones públicas que pueda recibir cada comunidad.